Una de los entornos arquitectónicos más conocidos del centro de Sevilla son la Catedral y la Giralda. Es tal vez el edificio más representativo de la ciudad y uno de los más conocidos por los turistas que visitan Andalucía cada año.

La historia de estos  monumentos forjada a lo largo de siglos, deja algunos datos curiosos.

¿Sabías que la Catedral está construida sobre una mezquita?

Desde noviembre de 1248 el edificio de la Mezquita Mayor pasó a ser la Catedral del Reino de Sevilla y se llevaron a cabo modificaciones internas para ubicar los lugares de culto cristianos. Con el paso del tiempo la catedral había sufrido algunos daños estructurales y se temía su derrumbe, por lo que el Cabildo derribó el edificio almohade para construir la catedral cristiana con la planta habitual. Fue entonces cuando se pronunció la frase que todo el mundo recuerda: “Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos”. Desde entonces se han llevado a cabo varias reformas y ampliaciones, por lo que la Catedral de Sevilla cuenta con detalles góticos, renacentistas, barrocos, del periodo académico y del neogótico que hacen aún más relevante su historia y su importancia en el patrimonio cultural de Andalucía.

Y ¿sabías que la Giralda no siempre fue como la conocemos ahora?

La construcción de la Giralda se inició en el año 1184, y llegó a ser el edificio más alto del mundo con 97,5 metros. Durante varias décadas se mantuvo como alminar de la mezquita almohade de Sevilla, desde el que se citaba a los creyentes a la oración. Con la reconquista cristiana en 1248, se comenzó la remodelación del conjunto arquitectónico para convertirlo en catedral, pero se mantuvo la torre. Durante este tiempo, la Giralda estaba coronada con tres esferas doradas que se destruyeron durante el terremoto de Lisboa. Por ello, durante el siglo XVI se añadió un nuevo cuerpo a la torre para ubicar la zona del campanario y una veleta en la parte superior que representa la Fe, conocida popularmente como “el Giraldillo”, aunque su nombre originario fuera “Giralda”. Con el paso de los años, el lenguaje popular ha hecho que con esta palabra se conozca la torre aneja a la Catedral y que hoy en día hace las funciones de campanario.

En tu visita a este conjunto monumental podrás descubrir muchas curiosidades más que añaden un interés que va más a allá de la belleza que brindan a nuestros sentidos.

Para nuestro hotel es un verdadero honor tener estos vecinos ilustres.